Conócenos
Uno de los principales atractivos que para el visitante ofrece Retamal, es la posibilidad de disfrutar de sus maravillosos vecinos y tradiciones.
El origen del pueblo -según Ortiz de Thovar-, es una fundación prerromana, localizada en el llamado paraje Miguel Sancho, en la confluencia de los ríos Guadámez y Las Huertas, cuyos vestigios existían aún en el siglo XVIII. Además, según los más recientes estudios, en este punto se enclavaba el asentamiento romano de Astigi, sobre la que fuera antigua calzada entre Córdoba y Mérida.
El núcleo de población desapareció en una primera ocasión tras la etapa romana, siendo repoblado con gentes de la cercana Arsa, y posteriormente volvió a desaparecer durante la invasión árabe, siendo en este caso repoblada por musulmanes.
La ocupación cristiana significó otra vez el arrasamiento del poblado, y su posterior y definitiva repoblación en un lugar ligeramente separado del anterior, porque según consta: “ser el sitio antiguo poco saludable por los vapores de los dos arroyos“. Este nuevo establecimiento fue creado a mediados del siglo XIII por el maestre santiaguista Pelai Pérez Correa, conquistador del territorio, quedando bajo la jurisdicción de esta Orden, como parte de la Encomienda de Hornachos. En esa misma demarcación continuó, tras la delimitación de términos realizada con la de Alcántara en 1240, según una línea que en ese ámbito quedaba definida por el río Guadárnez y las posadas de Abanjut. |
En 1485 el lugar consiguió la categoría de Villa.
Gastronomía
Son platos típicos de Retamal la caldereta, gazpacho, salmorejo, migas y gran variedad de embutidos y otros derivados del cerdo.
Además, en la repostería son tradicionalmente elaborados gran diversidad de dulces caseros como flores, roscos de vino, gañotes, perrunillas, etc.